domingo, 16 de agosto de 2015

REFLEXIONES PARA LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES.



El fenómeno social del 15 M. despertó por fin a la ciudadanía harta de la pseudo-democracia existente en nuestro país. Siguieron las manifestaciones públicas, las mareas ciudadanas y la indignación. En las pasadas elecciones al parlamento Europeo la ciudadanía comprobó que ¡El cambio era posible!

El poder se inquietó viendo con preocupación su posible desalojo de las instituciones y pusieron en marcha su maquinaria propagandista comenzando la batalla del descrédito contra las fuerzas políticas emergentes surgidas desde la indignación ciudadana. En este último periodo los medios informativos al servicio del poder han conseguido sembrar la duda aireando y magnificando los errores más insignificantes de los nuevos representantes políticos, equiparándolos a la corruptela y abusos de poder de los partidos convencionales, partidos políticos dirigidos y financiados por Lobbies, grandes empresarios , empresas multinacionales y poder financiero.

Después han sacado sus armas persuasivas amparándose en su control social, estamentos judiciales y los citados medios informativos para restar credibilidad a las fuerzas del cambio. Matizando su discurso con elementos democráticos en defensa de la ciudadanía (simples engaños para la opinión pública), uno de los dos partidos en la alternancia del poder hace un guiño para parecer el indicado de encabezar el cambio y el otro partido sigue manteniéndose como alternativa de “gobierno estable” con mentiras y chanchullos, engañando y tomando a los ciudadanos como seres incapaces y faltos de coraje para propiciar el deseado cambio político y social.

La situación que vivimos es desesperante, con recortes sociales en educación, sanidad, igualdad y justicia, hipotecados por una privatización de los servicios públicos donde ganan las empresas y perdemos todos (trabajadores y usuarios), con una reforma laboral que ha acabado con el empleo digno propiciando el trabajo precario que aboca al hambre y la
exclusión social de las familias, con una clase trabajadora cada vez más pobre y una clase privilegiada cada vez más rica y poderosa.

Mientras la ciudadanía cada vez más indignada, con la cercanía de las elecciones generales, deshoja la margarita de opciones de voto, un voto lleno de incertidumbre, porque la propaganda de los poderosos ha hecho mella como han hecho mella los extraños cambios ideológicos y tácticas empleadas por nuestro partido del cambio. Al fin tendremos que ser los ciudadanos indignados con un contundente y masivo voto los que cambiemos el panorama político en nuestro país para, una vez pasadas las elecciones exigir al partido dónde nos hemos cobijado que cambie la verticalidad del sistema por una horizontalidad democrática y participativa.
Adelante, aún se puede.



Fernando San Isidro

1 comentario: