La buena voluntad no sirve. La
conciencia solo no sirve. La caridad solo no sirve.
La hipocresía de esta sociedad,
que no olvidemos formamos todos, los que manipulan y los que somos manipulados,
es inconmensurable.
Ayer, en nuestro Ayuntamiento,
pude asistir a un raro consenso, rarísimo consenso, una de esas pocas veces en
las que todos los partidos con representación están de acuerdo, casi sin
matices. Lejos de alegrarme, me escamó.
El grupo Ahora Los Molinos y el PSOE
al final del Pleno realizan un ruego, una petición, una propuesta al Equipo de
Gobierno para que el pueblo se sume a la red de ciudades acogedoras de
refugiados ante la “crisis humanitaria” que se está viviendo, producto entre
otras cosas de la guerra civil en Siria.
El desencadenante es, como en otras muchas ciudades, pueblos y casas del país,
la imagen del cuerpo de un niño muerto, tirado en una playa turca, que ha dado
la vuelta al mundo, y que parece haber despertado del sopor vacacional a mucha
gente de buena voluntad que se indigna ante las imágenes. El Equipo de Gobierno
reacciona con rapidez y seguridad, sin duda Génova ha dictado consignas, y el
Sr. Alcalde dice que está de acuerdo con la propuesta y que convocará para la
semana próxima una reunión de todos los grupos para ver de qué forma se puede
hacer, y qué recursos puede movilizar el Ayuntamiento. Incluso una exconcejal
baja de su casa, porque “no podía quedarme sentada con lo que está cayendo”
dice, e incluso, en un alarde de movilización popular, pide que se convoque
también a la Iglesia, a “los casados”, a “los comerciantes” y a todo bicho
viviente.
Asisto atónito al consenso. Mientras
comienzo a pensar, funesta manía esta de pensar, en dónde estará el truco. Esta
operación me recuerda a las campañas de Navidad, en las que nuestras almas
sensibles se ven agitadas por las monjitas en la puerta del Híber pidiéndonos
algún kilo de alimentos para los pobres, para los ancianitos, en la misma
puerta un senegalés o una rumana están pidiendo, pero directamente, para
ellos, sin pasar por el filtro blanco de
las monjitas de la caridad, autogestión de la mendicidad. Bien, pues la
situación me recuerda, salvando las distancias, a la petición unánime de los grupos políticos
ayer: una limosnita para los refugiados sirios, siente un sirio en su mesa que
diría el maestro Berlanga.
Mientras obviamos el análisis
sobre ¿por qué está sucediendo esto?, ¿quiénes son los responsables de estos
crímenes contra la humanidad?, ¿quiénes están fomentando el conflicto?,
¿quiénes venden las armas?, ¿quiénes se benefician de tanta muerte?. El eco de
las preguntas que se pierden en el aire se confunde con el vago rumor de las
respuestas que luchan por hacerse oír: España es el séptimo exportador de armas
del mundo y eso en medio de la crisis. Siria incrementó la compra de armamento
en los últimos cinco años en un 580 %. China, Rusia y EE.UU están entre los
países que directamente apoyan a uno u otro bando del conflicto y además
figuran, en el caso de los dos
primeros, dentro de los cinco mayores
potencias exportadoras. China ha duplicado sus ventas. El 90% de las armas que
se utilizan en el conflicto han sido manufacturadas por los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Oigo como en un murmullo que el
origen del conflicto tiene su origen en la pobreza, en la desigualdad frente a
la que el pueblo se vio empujado a lo que en los despachos se llamó
eufemísticamente “primavera árabe” y que a la vista de los resultados la
sospecha de la manipulación del pueblo por parte de los poderosos resulta
altamente probable. Los rebeldes financiados y entrenados por EE.UU (su
presidente premio Nobel de la Paz) para implantar la democracia en Siria ahora
se han convertido en Estado Islámico. Jo, qué mala pata.
Los 220.000 muertos, los 11
millones de desplazados no son producto de un tsunami, de un terremoto, de un
fenómeno de la naturaleza. No, son
producto directamente de la acción de los países más poderosos del mundo que
desde sus confortables despachos han decidido que todo vale en la adoración al
becerro de oro.
Los mecanismos de reacción son
los mismos. Es igual, rápidamente se ponen en marcha ¿Cómo puedes ayudar tú a
los refugiados sirios? Y ahí va toda la
batería de acciones caritativas: Donaciones de dinero a través de ACNUR, CEAM,
ACCEM, Cruz Roja, Médicos sin fronteras, UNICEF. Iniciativas para acoger en
casas particulares, declaraciones solidarias de ciudades, de Comunidades, de
pueblos, etc. ¿Hará todo esto que nuestra conciencia se quede tranquila?
El rumor insiste: ¿Y qué pasa con
los refugiados económicos”, los que huyen de la guerra del hambre? ¿Para esos
no hay legislación, estatutos, solo nos moviliza la guerra, a lo del hambre ya
estamos acostumbrados? A esos los podemos cortar en pedacitos a base de
concertinas, o balear en alguna playa de nuestro próspero sur.
¿Estará de acuerdo el PP y el
PSOE en acabar con la fabricación y venta de armas? ¿Están de acuerdo en que se
machaquen entre ellos, mientras nosotros jugamos a Teresa de Calcuta?
¿Qué pasa con el Gobierno Español
(PP) y el norte de África?
¿Estamos de acuerdo todos en que
lo que quiere un refugiado es volver a su casa? ¿Y estamos de acuerdo todos en
luchar por ello? ¿Y en denunciar a quiénes con sus acciones u omisiones están impidiendo
que lo hagan?¿Estamos de acuerdo en que los países más poderosos quieren beneficiarse,
se están beneficiando, de una u otra
manera del conflicto?.
Chirría o debería chirriar
nuestra conciencia apoyando políticas provocadoras de conflictos, ventas de
armas, de desigualdades y pobreza. Más
muros, más vallas, más concertinas, dice nuestro ministro de asuntos
exteriores.
Claro, está muy bien analizar las
causas, exigir soluciones políticas de verdad, pero mientras…: ” Lo cortés no
quita lo valiente”. “Hay que hacer algo”
Y el rumor insiste: Si hiciéramos
algo de verdad lo mismo acabábamos con el conflicto. Si exigiéramos a nuestros
gobernantes y sus aliados que dejaran de jugar a dos juegos, que miraran
también la mano que tira la piedra, que
no fueran tan hipócritas tal vez no tendríamos esa maldita sensación de que con
esa actitud caritativa estamos apoyando la continuidad del conflicto. “Lo valiente no quita lo cortés”.
Pues eso.
Los Molinos, 6 de
septiembre de 2015
Federico A. De Haro
una de las personas a las que creo que se cita en esta crónica, hace unos años escondió y acogió a una persona en su casa por razones humanitarias, casa en la que viven sus hijos. no digo más, porque si ella no lo contó no lo voy a hacer yo ahora
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el análisis que hace Federico en el artículo, mueren niños y seres inocentes todos los días del año, causas las guerras y el hambre, sumado al egoismo y explotación de los paises poderosos(Norte, o primer mundo) con los paises pobres(Sur, tercer mundo), eso sí se les vende armamento y se extraen sus recursos dejándoles en la miseria.Que el Norte evite las guerras o las frene(aunque no produzcan petróleo) que el excedente de alimentos de los paises desarrollados se donen directamente a los necesitados o se vendan a muy bajo precio(que no ponga el precio la bolsa de Chicago y las multinacionales) no seamos hipócritas , fabricando armamento y colocando vallas con cuchillas en nuestras fronteras, pensemos y exijamos con la cabeza y no a golpe de boletín informativo.Pues eso
ResponderEliminarfernando san isidro
Me agita este magnifico acercamiento a la realidad. Ser consciente es siempre el primer paso. Casi todos queremos permanecer en nuestro entorno y parece poco probable que nadie coja a sus niños y se marche a la desesperada si tiene una alternativa. Colaborar a parar la guerra y la sangría económica en los países de origen es la mejor manera de acabar con esta migración masiva y creo que es por lo que debemos pelear. Acoger y permitir la libre circulación de personas mientras esto no se logre es, en mi opinión, un deber.
ResponderEliminarY todo a la vez.